Adiós
me alejo sin remedio
de aquel tiempo que ahora me parece insospechable.
Desde la torre
del Castillo que nunca fue
veo como se agita
en un despido
la cinta roja que envolvió mi ser.
Anoche
mientras soñaba en mi destino
recordé que el viejo pájaro
de hierro
no consigue levantar el vuelo.
La sombra de sus garras
-que en otro tiempo
fue usada por el guerrero-
se pierde en la luz del laberinto.
Hoy
cuando el sol amanece
pierdo el sentido de la noche y ...
adiós
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