Una luz cegadora
reflejada en la pared de mi celda
proyecta sombras que torturan
la noche larga que me espera.
Cuenta cada latido
de mi corazón sangrante
y mi memoria vuelve
con recuerdos de tiempos innombrables.
Hombres de cartón piedra
comparten la fruta maldita
del árbol caída …
y yo la como con ellos.
Ya todo está en silencio,
ni un susurro, ni un latido,
sólo sombra, sólo sombra …
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