La vida se me escapa
a lomos de ese extraño animal mercenario
que huye hundiéndose en el bosque.
¡Cazadlo, cazadlo!
El rastro de savia se pierde en el camino,
y con él mi esperanza.
Cae la noche sobre los vigilantes,
ya pronto no estaré.
Dulce néctar sobre mis labios,
alimento eterno,
fin de la memoria.
Olvidado espejo bajo la arena
que corta la imagen en mil pedazos
un dios desolado derrama luz
tu y yo no estamos.
He escrito tanta inútil cosa sin descubrirme, sin dar conmigo.
"He escrito tanta inútil cosa sin descubrirme, sin dar conmigo"
Silvio Rodríguez
lunes, 16 de febrero de 2009
sábado, 14 de febrero de 2009
Cristales de hielo
Separan mi piel
Y monstruos de color
Profanan mis entrañas
Exponiendo mis órganos
A la luz de un sol abrasador
Millones de insectos
Descomponen
Un cuerpo que aborrezco
Y ya sólo espero
Salir a la luz del día
Recito el salmo xxvi
Deseando oír de nuevo su latido
Callan las niñas
Que jugaban en el patio
Y un manantial de agua salada
Baña el rostro sombrío de mi amada
Separan mi piel
Y monstruos de color
Profanan mis entrañas
Exponiendo mis órganos
A la luz de un sol abrasador
Millones de insectos
Descomponen
Un cuerpo que aborrezco
Y ya sólo espero
Salir a la luz del día
Recito el salmo xxvi
Deseando oír de nuevo su latido
Callan las niñas
Que jugaban en el patio
Y un manantial de agua salada
Baña el rostro sombrío de mi amada
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